miércoles, 20 de mayo de 2009

A Mario Benedetti

Gracias don Mario por estar en los peores momentos, cuando la cultura era sinónimo de sedición. Sin embargo usted supo alentarnos cuando padecíamos aquellos años de triste dictadura que no nos merecimos.

Sus libros afloraban en todas partes como por arte de magia. Salían de cajones ocultos y de viejos armarios, donde estaban bien guardados…… por si acaso. Así llegaban luego a nuestras manos adolescentes como reliquias que sabíamos cuidar y leer con ansiedad, para respirar aunque fuera un poquito de libertad. Su poesía encontró la manera de sortear las vallas que impusieron aquellos monstruos vestidos de verde que se comían las eses y también nuestras esperanzas.
Ese placer clandestino de su obra no es fácil de olvidar.
Usted nos ha enseñado muchas cosas. Nos enseñó por ejemplo que Dios aporrea el arpa en vez de acariciarla como es debido, y cada día nos duele confirmarlo.
Aprendimos también que la poesía es sustancial y está en la gente, está en lo cotidiano, en lo pequeño y que no solo es patrimonio de unos pocos entendidos.
Los intelectuales no lo querían tanto, eso esta claro. Pero tengo la impresión -permítame el atrevimiento-, que usted se los pasaba por el forro.
Y ahora vienen tiempos de homenajes.
Seguramente sus libros serán reclamados más que antes, y algunos detractores se vestirán de amigos y algún torturador esbozará una patética sonrisa.
Sabe usted señor poeta que ya no lo veremos en ninguna parte, porque no hay paraíso ni cielo, ni siquiera un triste purgatorio donde aliviar las penas de la vida.
Por eso es necesario agradecerle hoy por su prosa y por sus versos.
Y sepa usted Don Mario que los trocitos de poesía que ha sembrado van dando brotos por el mundo en cada corazón de un uruguayo sensible y tenga la certeza de que jamás el olvido podrá hacerse con los versos que usted nos regalo….

No hay comentarios:

Publicar un comentario